Los cantantes de ópera y los roles que interpretan se clasifican en tipo de voz, basado en características tales como tesitura, agilidad, potencia y timbre de sus voces.
La voz de cada cantante en particular puede cambiar drásticamente a lo largo de su vida; raramente se alcanza la madurez vocal antes de la tercera década, y algunas veces, hasta la mediana edad.
VOCES FEMENINAS
Sopranos: es la voz más aguda de todo el grupo de voces femeninas. Se divide en 3 tipos:
Ligera: es una voz que esta dotada de una extraordinaria movilidad, posee un timbre muy fuerte, su sonoridad es brillante y no siendo voluminosa en ocasiones resulta poco potente. Podemos encontrarla en papeles como La Reina de la Noche de La Flauta Mágica de Mozart.
Lírica: es de características similares a la ligera, posee una gran belleza y un timbre expresivo y potente que la hacen aparecer ligeramente más dramática. Su agilidad es considerable y la encontramos como protagonista en la ópera La Travista de Verdi en el papel de violeta.
Dramática: es la voz más grave de las sopranos, posee una sonoridad velada y cálida que la acerca al tipo de voz de las mezzosoprano. Su timbre es enérgico y apasionado y la hacen ser la soprano más expresiva. Aparece en operas de Puccini y Verdi como protagonista y además, es la heroína en los dramas Wagnerianos.
Mezzosopranos: es la voz intermedia entre la soprano y la contralto. Tiene características semejantes a la soprano dramática. Su timbre de voz es cálido, apasionado y lleno. Es protagonista en la ópera Carne de Bizet.
Contraltos: es la voz más grave de todo el grupo femenino. Su agilidad es media y su timbre grave, profundo y a veces casi viril. Es una voz que escasea muchísimo y se esta extinguiendo.
VOCES MASCULINAS: Se caracterizan por su mayor gravedad respecto a las femeninas son muy expresivas.
Contratenores: Es la voz más aguda de las masculinas, está casi extinguida, y al oírla tenemos la impresión de que el artista canta en falsete. El contratenor (cuyo timbre de voz recuerda a los antiguos castrati), parece ser un cantante masculino, en el que pese ha haber pasado la pubertad la voz no ha evolucionado, de forma natural su registro de soprano infantil. No suele ser demasiado utilizado en la ópera y su papel se da en el repertorio . Porque en aquella época estaba prohibido a las mujeres cantar en iglesias y sus papeles debían hacerlo los hombres con la voz parecida a la de una soprano.
Tenores
Lírico: es de registro cálido y suave, posee una gran agilidad y suele caracterizarse por un timbre seductor, brillante y flexible. Es protagonista en la ópera don Juan de Mozart en el papel de Don Octavio.
Dramático: es ligeramente más grave que el tenor lírico . Presenta una voz enérgica, de timbre de voz potente. Aparece en la ópera Aída de Verdi en el papel Radares y también es protagonista de casi todos los héroes de las óperas Wagner.
Barítonos: es la voz intermedia entre tenor y bajo. Posee una agilidad media y un timbre viril, lleno, opaco, empastado. Aparece como protagonista en la ópera don Juan de Mozart como Don Juan.
Bajo: es la voz más grave y consistente y la menos ágil.
Lírico: también llamado bajo cantante. Posee una flexibilidad y le hace fácilmente confundible con el barítono. Su timbre es muy lleno y . Aparece como Felipe II en la ópera Don Carlos de Verdi.
Ramático: denominado bajo profundo, se caracteriza por un sonido grave y digno, con un timbre potente y robusto. Aparece en el papel de Sarustro en la ópera de la Flauta Mágica de Mozart.